En agosto de 2022, tuve el privilegio de sumergirme en el fascinante mundo de las bóvedas y escaleras tabicadas en un taller inspirador impartido por el talentoso Carlos Martín en el impresionante Monasterio de Sandoval. Este taller, organizado por Homo Faber y celebrado en este emblemático lugar, fue una experiencia única que ha dejado una huella duradera en mi perspectiva creativa.
Carlos Martín, experto en la creación de bóvedas y escaleras tabicadas, compartió su profundo conocimiento y pasión por esta forma de arte antigua y cautivadora. A través de sus enseñanzas, exploramos las técnicas tradicionales y las innovaciones contemporáneas en la construcción de estas estructuras arquitectónicas únicas.
El Monasterio de Sandoval, con su rica historia y majestuosidad arquitectónica, proporcionó el escenario perfecto para este taller. La combinación de aprendizaje práctico y la inmersión en un entorno histórico crearon una sinergia única que enriqueció mi comprensión y aprecio por la creación de bóvedas tabicadas.
Este curso no solo fue una oportunidad para adquirir habilidades técnicas, sino también para conectarme con otros apasionados por la arquitectura y el arte de la construcción. Las interacciones con compañeros entusiastas y la oportunidad de compartir experiencias y perspectivas fueron invaluables, agregando una dimensión social y colaborativa a la experiencia.
Homo Faber, la organización detrás de este taller, demostró ser un facilitador excepcional de oportunidades educativas y creativas. Con sede en Mansilla de las Mulas, Homo Faber ofrece una amplia variedad de cursos que abarcan diversas disciplinas artísticas y técnicas. Puedes explorar su oferta en www.homofabercursos.com.
Os invito a disfrutar de una selección de fotografías que capturan los momentos destacados de este taller. Cada imagen refleja la dedicación y la maestría de los participantes, así como la belleza intrínseca de las bóvedas y escaleras tabicadas que creamos juntos.
Mi experiencia en el taller del Monasterio de Sandoval fue verdaderamente enriquecedora, dejándome con nuevas habilidades, perspectivas y, sobre todo, una profunda apreciación por la magia de las bóvedas tabicadas. Hasta la próxima aventura creativa. ¡Nos vemos en el taller!
